JESÚS, el sembrador de la palabra de DIOS,
llego a sembrar la semilla que su padre le entregó.
La semilla era la misma para todo el que escuchó
cuando JESÚS hablaba de aquel hombre sembrador.
La tierra, de la que hablaba eran los hijos de DIOS
comparándolos con plantas que tenían un corazón,
donde sembrar la semilla que es el amor de DIOS,
para que ese amor creciera sin ningún odio ni rencor.
En todos los corazones, DIOS, siembra su semilla.
Hay semillas que fecundan y otras quedan en la orilla,
por lo tanto nunca nacen, porque el que pasa las pisa.
Corazones, muchos hay, que reciben la semilla;
pero son tan inestables que en seguida se le olvida
y llega a durar muy poco lo que JESÚS les decía .
Si caen en un corazón, donde nacen mucha espina;
crecen las preocupaciones por las cosas de la vida,
apartando la palabra que JESÚS le compartía.
Cuando la semilla cae en un corazón fecundo,
este lleno de alegría empieza a dar muchos frutos.
El amor que le llego con la palabra de DIOS,
nadie podrá apartarlo de " JESÚS EL REDENTOR".
A pesar que en toda siembra siempre,existe la cizaña,
hay una tierra buena donde sembrar la palabra:
Palabra que te ilumina, Palabra que te alimenta,
Palabra que te cobija y que te da mucha fuerza
para seguir adelante ante cualquiera tormenta.
El amor que se fecunda con la palabra de DIOS,
te regalara la dicha de tener un corazón ;
donde habite la esperanza de conocer al señor
que sacrifico su vida para alcanzar el perdón.
"ABONA TU VIDA CON LA PALABRA DE DIOS, SIEMPRE FLORECERÁ
EL BIEN EN TU CORAZÓN, HACIENDO DE EL UN JARDÍN
PARA LOS OJOS DE DIOS".
